4 sept 2011

"Le formulo la pregunta cliché. Le pregunto si es feliz.
-Digamos que tiendo a ello. Pero no me da miedo estar sola. Confío mas en mí que en el resto. Onda que me veo bien, pero me siento mal, ¿cachai? Algo así. Totalmente confusos. Así estamos todos.
Salgo del baño y pienso que quizás sea cierto, que quizás ése sea el estado de las cosas imperante. Totalmente confusos. Totalmente perdidos."

"-Mientras más rodeado de gente uno está, más solo se puede sentir."


"(...) el Patagonia se ha quedado vacío.

Curiosamente, yo también."

"José Ignacio me dijo hace poco, totalmente de improviso, que es imposible creer que uno va a volver ileso, limpio, después de haber pasado por superficies rugosas. Lo que uno ha hecho, ha sufrido, lo acarrea siempre. La gracia, me dijo, es que ese bulto no sea una mochila sino una simple experiencia. Cuando uno ya ha visto, es imposible cerrar los ojos."


"¿Por qué uno siempre escapa de lo que más desea?"


"-¿Te consideras un narcisista?-

-En el sentido de que solo aprecio las cosas cuando estoy solo, sí. Soy demasiado sensible. Pienso demasiado en como las cosas me afectan. Me demoro en recuperarme. Me siento acompañado cuando estoy sin nadie. Cuando hay mucha gente, me desintegro."

"-¿Alguna pasión?-

-Dormir. Ojalá solo."

"-Tu último álbum se llama <>, es decir, el temor a todo. ¿A qué le tienes miedo?-

-A terminar solo. A no ser capaz de superar mis rollos y vivir una vida plena, tal como la he soñado."

"-¿Qué cosas te alegras de haber superado de tu época de adolecente?-

La falta de fé en mi."

"De un tiempo a esta parte, eso es lo que hago: pensar, unir ideas, rebobinar recuerdos. Ya ni duermo, ya ni sueño."


"Miro a Gabriel. Sigue durmiendo, no se ha dado cuenta. Duerme un sueño profundo, abismal, (...). Gabriel se duerme al tiro, como si tuviera la conciencia limpia, como si no tuviera ningún problema de estar consigo mismo. Cuando Gabriel duerme -o decide dormir- jamás uno siente que lo que él desea es escapar. Por mal que esté. Lo contrario. Es como si fuera su propio espacio al que accede. Un lugar donde sólo él puede estar y al que yo jamás intentaría ingresar. "


"Pero claro, no era su culpa, era algo que tenía que hacer, su tragedia -el enamorarse como loco de esa paciente era sólo una muestra de su debilidad, de su cobardía, de su tan humana miseria."


"Ahora que lo pienso, ahora que miro todas esas fotos (...) se me ocurre que no todo fué tan feliz como yo he tendido que pensar que fué. Todos hemos querido creer que fue el mejor de los tiempos pero sólo fué eso, tiempo, algo más que la suma de los años, un inmenso vacío de recuerdos y deberes y traumas y silencios que nos han hecho ser lo que somos, no lo que hemos querido ser. Ese tiempo, nuestra época, está llegando a su fin. Basta mirar las fotos con detención para darse cuenta. Las fotos lo dicen todo. Delatan. Revelan datos que alguien no pertenece a la familia, que no ha compartido estos tiempos, no podría entender. No es que haya algo que ocultar. Todo lo contrario. Lo difícil es justamente demostrar, develar lo que estas fotos desnudaron en el momento preciso en el que fueron tomadas. Como tratar de entender por qué en todas las fotos Gabriel aparece distante, lejos, sonriendo a la fuerza como si no estuviera acostumbrado a hacerlo."

“Para un escritor, o un artista en general, la moral de la rata es la única que vale y si hay que succionar material ajeno para inyectar de sangre a los personajes, entonces se hace. No importa el costo. La literatura perdura, la gente no.”

“ Los mecanismos de la creación y la expropiación sirvan para ordenar aquello que está desordenado. Es para controlar lo incontrolable. O entender lo no entendible. Si un autor extrae sangre ajena no es por maldad; es porque, quizás, es la única posibilidad que tiene para hacer suyo lo que hace tiempo dejó de serlo.”

No es que haya mucho que contar, pero a veces son esas pequeñas cosas que uno se guarda las que más cuentan a la larga.

“Aquí no hay mucho que contar. Es una dimensión que no vale, que no afecta.

No como el pasado.”

“(…) y siempre terminaban por contarme sus tragedias y trancas y rollos y yo les doy -¿les daba?- mi opinión y, cosa curiosa, al escucharlos, descubría que yo, de loco, no tenía nada.

Que estaba mejor que nadie.

Que estaba bien, digamos.”

Me acuerdo que sentí que se abría una grieta en medio de mi vaso, en medio de mi ego. Algo estaba mal: me hundía y me hundía, no podía concentrarme, lo único que deseaba era dormir, pero no tenía sueño, no tenía con quién. Ahí estaba, rodeado de gente, de gente que me miraba, y pensé: ahora sí que estás solo, mucho más de lo que pudiste haber imaginado. Entonces vi la atractiva mirada del tipo de patillas y el pelo teñido azabache que estaba al otro lado del vidrio, en el espejo, en el reflejo. Estaba tan mal, tan disperso, que ni siquiera me reconocí a mí mismo. Si el tipo de las patillas era yo, entonces ¿dónde estaba el resto de mí?, ¿en qué momento nos separamos?, ¿cuándo dejamos de ser uno?

¿Uno?


_____


Anoche, en un completo insomnio, comenzé a leer "Por favor, rebobinar" de Alberto Fuguet, siempre me gustó su manera deprimente de escribir. Supongo que pienso demaciado en lo que no debo. Bah, en fin, solo me falta sueño, yo sé que si.

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