4 may 2010
Muerte de Tinta.
Odio esa sensación de terminar un libro. Saber que después de lo leído no hay más, es el fin. Me hace sentir tan... decaída. A pesar de que sé que siempre podré abrir aquel libro y aquellos personajes que me distrajeron de tantas penas y males me estarán esperando. Pero no es lo mismo, oh no... porque a los libros se pegan los recuerdos y el abrir y releer aquellas páginas traerá recuerdos, tanto buenos como malos. Esque cuesta mucho realmente leer un libro sin estar con este sentimiento de nostalgia, añoranza o soledad. O el de simplemente querer desaparecer por un momento. Porque sino ¿de que manera se relacionaría uno tan intimamente con cada personaje?. Sea cual sea su origen, su idioma, su manera de pensar o estén vivos o no. Se vuelven tus más intimos amigos, pues sus concejos para dispersar la mente son los más efectivos. Sin darte cuenta te hiciste amiga de gente que tarde o temprano dejas ir, porque cuando cierras el libro sus palabras ya no pueden acariciar tu corazón y hacerte desaparecer. No, no pueden.~
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